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Inicio?Noticias del Sector? La inestabilidad en Bangladesh provoca el traslado de pedidos de marcas internacionales
En los últimos días, a medida que la situación interna de Bangladesh se vuelve inestable, numerosas marcas internacionales están trasladando sus pedidos de calzado y ropa desde Bangladesh hacia países del sudeste asiático. Esta tendencia ha generado profunda preocupación por la economía de Bangladesh, especialmente por su industria textil y de confección, de la cual depende en gran medida.
El 4 de agosto estallaron protestas a nivel nacional en Bangladesh que culminaron con la renuncia de la ex primera ministra, Sheikh Hasina, y desencadenaron un cambio de gobierno. Esta agitación política no solo sacudió la estabilidad política del país, sino que también impactó gravemente la actividad económica, representada por la industria textil y de la confección. Según medios extranjeros, a principios de este mes muchas fábricas textiles de Bangladesh se vieron obligadas a detener operaciones; las protestas provocaron el cierre masivo de plantas e incluso algunas fueron incendiadas durante el caos.
Las marcas internacionales reaccionaron rápidamente a la situación en Bangladés. El periódico japonés Asahi Shimbun informó que, aunque las protestas han disminuido, muchas marcas siguen preocupadas por la situación en el país. Por ejemplo, Fast Retailing (empresa matriz de UNIQLO) ha ordenado temporalmente a sus empleados en Bangladés trabajar desde casa. Proveedores de marcas globales como H&M y Zara sufrieron pérdidas significativas durante los disturbios; muchas fábricas tuvieron que cerrar durante varios días y, aunque han reanudado gradualmente sus operaciones, los pedidos acumulados deberán completarse mediante costosTransporte aéreoEl transporte, sin duda, erosiona las ganancias de la fábrica.
Bajo esta incertidumbre, algunas marcas internacionales optaron por trasladar sus pedidos a países del sudeste asiático más estables. Un responsable de la fábrica de ropa Urmi Garments en Daca, Bangladesh, reveló que la planta perdió 228,000 prendas valoradas en 107,000 dólares debido a las protestas. A medida que el caos persiste, varias marcas principales comenzaron a reasignar los pedidos de la próxima temporada a proveedores competidores en el sudeste asiático, especialmente Camboya e Indonesia. Esta decisión podría representar una amenaza considerable para la base económica de Bangladesh, sobre todo cuando su industria textil y de confección depende tanto de los pedidos internacionales.
El asesor de fabricantes de prendas de vestir en Bangladesh, Mamun Rashid, declaró que los clientes de Espa?a y Alemania han dejado claro que están trasladando el 40 % de sus pedidos a otros países del sudeste asiático. Están preocupados por la incertidumbre de la situación actual en Bangladesh y no saben cuánto tiempo más durará el caos. De manera similar, el presidente de la Asociación de Exportadores de Productos de Cuero y Calzado de Bangladesh, Manzur, también se?aló que las grandes empresas planean reducir en aproximadamente un 30 % los pedidos provenientes de Bangladesh para la próxima temporada.
Bangladesh, la segunda nación exportadora de prendas de vestir a nivel mundial, ha atraído constantemente la atención de la industria textil y de la confección gracias a su abundante y económica mano de obra. Según la “Guía de País (Región) para la Inversión y Cooperación en el Exterior” publicada por el Ministerio de Comercio de China, Bangladesh cuenta con una población de aproximadamente 170 millones de habitantes, de los cuales el 67,61 % corresponde a la población laboral entre 15 y 64 a?os. Actualmente, unos 5 millones de bangladesíes trabajan en el sector de la confección, y más del 80 % son mujeres. A escala global, Bangladesh ocupa el segundo lugar tras China como exportador de ropa. En 2023, las exportaciones de prendas y productos textiles representaron el 83 % del total de su comercio exterior, y numerosas marcas mundiales dependen en gran medida de la capacidad productiva de Bangladesh.
Por ejemplo, la marca sueca de ropa H&M compra prendas a unos mil talleres en Bangladesh; la marca de moda rápida Zara, del grupo espa?ol Inditex, posee un clúster de producción en Bangladesh; la marca japonesa Uniqlo cuenta con aproximadamente 29 plantas de procesamiento en el país. Además, el grupo VF, matriz de marcas como The North Face y Vans, también ha establecido fábricas o importa prendas desde Bangladesh.
Sin embargo, la actual agitación está socavando la confianza de estas marcas internacionales en Bangladesh. Syed Nasim Manzur, director general de Apex Footwear, proveedor de empresas como Decathlon y Fast Retailing, afirmó que esta volatilidad "está sacudiendo la confianza de las marcas internacionales para ingresar a Bangladesh". Si la situación no se estabiliza, la industria textil y de confección de Bangladesh podría enfrentar desafíos aún más severos.
A medida que las marcas globales trasladan sus pedidos al sudeste asiático, la economía de Bangladés enfrentará pruebas aún más severas. Aunque la ventaja en costos laborales del país sigue siendo evidente, la inestabilidad política y las interrupciones en la producción que de ella derivan podrían obligar a más marcas a desplazar su manufactura hacia regiones más estables. Esto no solo tendrá un impacto prolongado en la economía de Bangladés, sino que también podría redise?ar el panorama de la cadena de suministro global de prendas y textiles.